domingo, 6 de junio de 2010

Rapsodia Gourmet (Muriel Barbery)

He leído este libro de Muriel Barbery atraida por el éxito de su novela más famosa, "La elegancia del erizo" (aunque he de confesar que éste es uno de los libros que aún tengo pendientes). No puedo por tanto compararlos, pero esperaba algo más de esta autora, teniendo en cuenta las críticas de esta otra novela.
Lo más original de "Rapsodia Gourmet" es su planteamiento, pues utiliza distintas voces para la narracíón: por un lado, la del protagonista, un crítico gastronómico que, a punto de morir, va recordando todos los sabores maravillosos desde su infancia, buscando aquel que le hizo más feliz, y que se utiliza para descripciones gastronómicas llenas de aroma y sabor; y por otro lado, las voces de todos los que le conocen, familiares, amigos y demás personas que han tratado con él y que tienen opiniones dispares sobre él, de amor o de odio, nunca indiferentes.
Pero aparte de esta originalidad, no le encuentro gancho a la novela. Está bien escrita, se lee fácil, pero para mí ha pasado sin pena ni gloria. No es de los libros que me vaya a dejar mucha huella.

Sinopsis
En el corazón de París, Pierre Arthens, el crítico de gastronomía más célebre del mundo, está a punto de morir. Admirado por algunos y odiado por muchos, Monsieur Arthens lleva años decidiendo el destino de los chefs más prestigiosos, destruyendo y construyendo reputaciones a su antojo. Ahora, en sus últimas horas de vida, su pensamiento se posa sobre algo mucho más sencillo: busca desesperadamente un sabor único, el sabor que un día le hizo feliz.
Empieza así un viaje en el que Monsieur Arthens se pasea por los entresijos de su memoria gustativa, se sumerge en los paraísos de la infancia y rememora todo tipo de delicias culinarias: el primer bocado de pan después de una fatigante mañana de playa; el tomate crudo, recién arrancado, devorado en un jardín bajo el sol. Junto a la voz del propio Arthens escuchamos la de aquellos que han vivido junto a él: familiares, vecinos, amantes, protegidos… e incluso su gato.

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