A la vista del título de esta novela de Ana García-Siñériz suponía que era más frívola y desenfadada (reconozco que se trata de un prejuicio, sí), y por eso me ha sorprendido el encontrarme con una historia estupenda de esas que se van haciendo poco a poco, que hasta el final no consigues encajar todas las piezas del puzle y que te deja un buen sabor de boca y hasta unas ganas de volver a leerla otra vez para disfrutarla con lo que ya sabes. Vamos, que me ha gustado bastante.
No contaré mucho del argumento, pero si diré que los personajes son bastante reales y creíbles y también las cosas que les pasan, y que es fácil verse reflejado en ellos en determinadas ocasiones. Pero a la vez tiene su parte de fantasía, de intriga y sobre todo de sentimientos.
Y también destacaría que la forma de contarla, alternando la vida de la protagonista con la investigación que va haciendo sobre la propietaria de la casa en la que vive hace que sea muy ágil y que te deje en todo momento con las ganas de continuar.
Y también destacaría que la forma de contarla, alternando la vida de la protagonista con la investigación que va haciendo sobre la propietaria de la casa en la que vive hace que sea muy ágil y que te deje en todo momento con las ganas de continuar.
En resumen, historia interesante y lectura entretenida. ¿Qué más se puede pedir?
Sinopsis