Otra novela policiaca irlandesa, en este caso de Tana French, que a pesar de tener un argumento bastante típico (conexión con el pasado de asesinatos actuales), tiene también algunos puntos originales que la hacen diferente.
Por un lado la forma de narrarla, en primera persona por uno de los policías, que resulta ser el niño que sobrevivió a los sucesos del pasado y que intenta a toda costa recordarlos, y que nos permite conocer en todo momento lo que siente.
Por otro lado, la relación tan especial que hay entre él y su compañera, que le defiende a toda costa aunque no le gusten algunas de las cosas que haga y que guarda además sus propios secretos.
Me ha parecido un libro bastante entretenido, que mantiene el constante el interés y en el que destaca la psicología de los personajes más que la intriga en sí misma.
Y puedo decir que hace tiempo leí el segundo libro de esta autora, En piel ajena, que tiene como protagonista a la misma policía, con un planteamiento totalmente diferente pero también interesante. Para quien tenga ganas de repetir autora.
Sinopsis