domingo, 9 de octubre de 2011

Riña de gatos. Madrid 1936 (Eduardo Mendoza)

Me resulta bastante difícil comentar esta novela de Eduardo Mendoza. Como puede suponerse fácilmente, eso es debido a que no me ha termina de convencer, aunque
tampoco podría decir que no me ha gustado. Es de esas veces en las que un libro te ofrece sensaciones contrapuestas. A ver si soy capaz de aclarar las ideas...
En la parte positiva pondría el retrato que hace de una España en los meses previos a la guerra civil, en cierto modo costumbrista, pero con unos personajes y unos ambientes bastante creíbles, aunque en ocasiones demasiado esteriotípicos. Y también como positivo indicaría la trama de intriga que consigue mantenernos pendientes de la narración.
Pero esta trama  termina embrollándose demasiado y para mi gusto no termina de resolverse de una forma clara. Además, tampoco me ha gustado mucho la introducción de tantos personajes reales que en ocasiones pienso que aportan poco a la novela y cuya aparición no se justifica mucho. Me ha parecido una mezcla de novela histórica y de intriga que, no sé por qué motivo, no terminan de encajar, haciendo que el libro no sea ni lo uno ni lo otro.
Desde luego, no me parece ni de lejos de las mejores novelas de este autor.

Sinopsis

Un inglés llamado Anthony Whitelands llega a bordo de un tren al Madrid convulso de la primavera de 1936. Deberá autentificar un cuadro desconocido, perteneciente a un amigo de José Antonio Primo de Rivera, cuyo valor económico puede resultar determinante para favorecer un cambio político crucial en la Historia de España. Turbulentos amores con mujeres de distintas clases sociales distraen al crítico de arte sin darle tiempo a calibrar cómo se van multiplicando sus perseguidores: policías, diplomáticos, políticos y espías, en una atmósfera de conspiración y de algarada.
Las excepcionales dotes narrativas de Eduardo Mendoza combinan a la perfección la gravedad de los sucesos narrados con la presencia, muy sutil, de su conocido sentido del humor, ya que toda tragedia es también parte de la comedia humana.

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