Detrás del disparatado título de este libro de Paul Torday se esconde una de esas novelas sorprendentes que se leen de un tirón y que te hacen fundamentalmente sonreír, lo cual es algo muy a tener en cuenta con la que está cayendo.
La aventura es tan extravagante como sugiere el título, como no puede ser de otra forma el tratar de introducir la pesca de salmón en Yemen. Pero cuando lo lees te das cuenta de que esto no es más que una excusa para realizar una crítica de la sociedad en la que vivimos con una sutil ironía.
Ingredientes no le faltan: un funcionario anodino que se embarca en el proyecto aunque le parece un disparate porque es lo que le mandan sus superiores; los políticos de turno que son capaces de defender una idea y en el instante siguiente considerarla una temeridad, todo dependiendo de la opinión pública y del rédito electoral que pueden obtener; una crítica a la guerra sin razón que el mundo occidental libra en aquellos países que pretende defender; una ejecutiva fría y calculadora que antepone su trabajo a su vida personal...
La verdad es que me ha resultado muy entretenida y hasta he aprendido algo de pesca, tema totalmente desconocido para mí. Para pasar un buen rato.
Sinopsis