La palabra se hizo carne (Donna Leon)

Esta es la última de las novelas de Donna Leon que tienen como protagonista al comisario Brunetti, y lo cierto es que el comentario que pueda hacer de ella podría servir para cualquiera de las veinte anteriores. No me canso de leerlas por múltiples motivos.
Por un lado está la intriga policiaca propiamente dicha; por otro lado las descripciones de Venecia, ciudad espectacular que se vive perfectamente en sus páginas; pero también está el protagonista, el comisario Brunetti, que tiene una forma de ver la vida magnífica y una ironía deliciosa, así como el resto de compañeros, a los que vamos viendo como una gran familia; y para que no falte de nada, la crítica social, con temas de candente actualidad con los que no se cortan un pelo, ya sean los políticos, las multinacionales, la mafia...

La verdad es que me encantan estas novelas, por lo que no soy muy neutral al respecto, pero no creo que nadie se vea defraudado con ellas.

Sinopsis

El cadáver de un hombre desfigurado aparece flotando en un canal. No hay denuncias de desapariciones, el hombre no lleva documentación, ha perdido un zapato, y Brunetti sólo cuenta con el informe del forense para su investigación: el difunto sufría una extraña enfermedad. Sin embargo, el comisario tiene la rara intuición de que conoce a la víctima; inexplicablemente, sabe que tiene los ojos claros. Siguiendo el rastro de una posible pista, Brunetti llegará hasta el matadero de Preganziol, en Mestre, fuera de su territorio habitual. ¿Quién es este hombre sin rostro ni pasado? ¿Quién y por qué lo eliminó? Un caso sin apenas información es un reto para el comisario Brunetti, que deberá sumergirse en las zonas más desconocidas de la siempre inquietante Venecia.