domingo, 17 de febrero de 2013

La vida después (Marta Rivera de la Cruz)

Algunos libros te atraen por el autor, otros por la portada, otros por el argumento...
En este caso, y ya que no conocía nada de Marta Rivera de la Cruz, tengo que decir que lo que primero que me atrajo del libro fue su portada, pues me pareció curiosa, pero que cuando leí su argumento, y especialmente la pregunta final ("¿pueden un hombre y una mujer ser nada más que amigos?) no pude resistirme a leerlo .
Y me he encontrado con una novela muy tierna, donde se cuentan sentimientos y relaciones humanas y donde las mujeres protagonistas se hacen querer, pues cada una tiene una personalidad muy diferente en la que se encuentran tanto virtudes como defectos, lo que las hace muy reales.
Quizás lo que menos me ha gustado ha sido el final, que me ha parecido demasiado forzado.
Y en cuanto a la pregunta sobre la que gravita la historia, la respuesta de la novela coincide con mi opinión. Los que me conocen saben perfectamente cuál es, y los que no, tendrán que leérsela si quieren saberla...

Sinopsis
Victoria lleva en Nueva York la que parece una vida envidiable: da clase en la universidad, tiene un marido rico y guapo y un impresionante ático. Cuando recibe la noticia de la muerte de Jan, su mejor amigo, regresa a Madrid para asistir a su funeral. Allí se encontrará con Chloe, antiguo amor de Jan; con su hija, la rebelde Solange; con Marga, su esposa; con su suegra, Shirley... Cuatro mujeres que nunca creyeron que su amistad con Jan fuese del todo sincera.
La vida después viaja por el complicado mapa de los sentimientos, donde hay lugar para los conflictos, los celos y la envidia, pero también para el cariño y la lealtad.
Marta Rivera de la Cruz, la novelista de las cosas pequeñas, vuelve a atraparnos con una historia de ternura sobre la que gravita una pregunta fundamental: ¿pueden un hombre y una mujer ser nada más que amigos?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues nada, habrá que leer el libro para conocer tu opinión sobre el asunto...

Asun Yáñez dijo...

Es por no desvelar el misterio...