Esta es la primera novela de Rosa Ribas, escritora que luego se ha dedicado al género policíaco, y para mi gusto se trata de una novela histórica bastante interesante.
Basada en un cuadro que yo no conocía, La degollación de San Juan Bautista, al parecer el más grande que hay en el Prado, nos cuenta una intriga en la corte de Felipe IV, con una ambientación muy bien conseguida y personajes reales y ficticios que se compaginan perfectamente.
Según se va pintando el cuadro, vamos avanzando en la historia y nos vemos sumergidos en esa época y deseando enterarnos del desenlace.
Lo único que he echado de menos ha sido tener en el libro una copia del cuadro en cuestión para poder verlo al tiempo de la lectura y no tener que recurrir al ordenador.
Sinopsis
Amberes, invierno de 1622. El joven pintor Paul van Dyck, hermano adoptivo del famoso Anton van Dyck, acepta el encargo de pintar un cuadro de enormes dimensiones para Don Juan de Tassis, Conde de Villamediana y Correo Mayor de Felipe IV. Abandona el taller de Rubens, de quien se cree en secreto hijo ilegítimo, y se dirige a Madrid con la esperanza de lograr la fama y la posición que cree merecer.
Una vez allí, escondido en la casa del Conde de Villamediana, pinta un gigantesco retablo que representa la degollación de San Juan Bautista, siguiendo las instrucciones que el Conde le va dando con cuentagotas. Al mismo tiempo, deberá aprender a moverse por el peligroso Madrid de los Austrias de la mano de Fernando Crespo, secretario de Don Juan.
Lo que en principio parecía un encargo sin problemas va desvelándose, sin embargo, como una de las intrigas más complicadas de las que se han dado en la corte. Villamediana tiene como objetivo algo muy alejado de una alegoría elogiosa de la monarquía y entre sus oscuras intenciones se encuentra el exponer algunos de los secretos mejor guardados de las monarquías europeas.
Rosa Ribas consigue en esta novela hacer un cuidado retrato de época y dibujar unos personajes para siempre anclados en la Historia.
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