El libro de esta semana de Chiara Gamberale no es del tipo de lectura que está entre mis favoritas, pero también es verdad que de vez en cuando apetece cambiar de registro y en este caso ha supuesto un soplo de aire fresco.
Se trata de una historia fundamentalmente tierna, que está narrada por la protagonista, una niña que va creciendo desde los seis a los diecisiete años, y eso nos hace ver el mundo desde un punto de vista diferente al que estamos acostumbrados. Además, nos cuenta cómo es la vida en distintos tipos de familias, al margen de lo que se entiende por tradicional, algo que hoy está a la orden del día.
No es que sea una novela de esas que dejan una huella muy profunda, por lo menos en mi caso, pero sí que es original y entrañable, y una lectura amena y refrescante.
Que cada uno se forme su propia opinión.
Se trata de una historia fundamentalmente tierna, que está narrada por la protagonista, una niña que va creciendo desde los seis a los diecisiete años, y eso nos hace ver el mundo desde un punto de vista diferente al que estamos acostumbrados. Además, nos cuenta cómo es la vida en distintos tipos de familias, al margen de lo que se entiende por tradicional, algo que hoy está a la orden del día.
No es que sea una novela de esas que dejan una huella muy profunda, por lo menos en mi caso, pero sí que es original y entrañable, y una lectura amena y refrescante.
Que cada uno se forme su propia opinión.
Sinopsis
Maria, una mujer libre y carismática, es la administradora del 315 de Grotta Perfetta, en Roma. Cuando muere repentinamente deja una hija de seis años, y también una carta. La niña se llama Mandorla -Almendra-, y ya solo su nombre encierra todo el encanto y el absurdo del que será su destino, ya que Maria ha dejado escrito que el verdadero padre de Mandorla es uno de los hombres que vive en el edificio. Tras una asamblea en la que nadie confiesa su paternidad, los vecinos deciden finalmente criar a la niña entre todos.
Así, de los seis a los diecisiete años, Mandorla irá cambiando de casa, adaptándose a cinco modelos de familia: será testigo de la soledad de Tina; vivirá la separación de Caterina y Samuele; acompañará a Paolo y Michelangelo al Orgullo Gay; se sentará a la mesa de los Barilla, una familia tradicional, y vivirá las turbulencias de la eterna pareja de hecho, Lidia y Lorenzo. Y mientras Mandorla crece, se enamora y busca a su padre, descubre que, antes de ser mujeres, maridos, padres o hijos, somos personas: maravillosas y terribles, con una infancia que nos persigue.
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