Tengo que decir que lo que me atrajo en principio de esta novela de José María Merino, autor que desconocía a pesar de su larga trayectoria, es que parte de ella transcurre en el Alto Tajo, zona de mi provincia que he visitado en numerosas ocasiones y en las que siempre se puede descubrir un rincón nuevo.
Y me alegro de que este "gancho" me haya llevado a descubrir una novela que es fundamentalmente de emociones, donde el protagonista desnuda su alma y nos cuenta sus miedos, sus contradicciones, sus angustias, sus deseos... Cosas que nos pueden pasar a todos en algún momento y reacciones perfectamente entendibles, con personajes muy muy reales y en el fondo mucha ternura.
Una novela diferente.
Y me alegro de que este "gancho" me haya llevado a descubrir una novela que es fundamentalmente de emociones, donde el protagonista desnuda su alma y nos cuenta sus miedos, sus contradicciones, sus angustias, sus deseos... Cosas que nos pueden pasar a todos en algún momento y reacciones perfectamente entendibles, con personajes muy muy reales y en el fondo mucha ternura.
Una novela diferente.
Sinopsis
En compañía de su hijo Silvio, Daniel recorre los parajes del Alto Tajo, lugar legendario en el que piensa esparcir las cenizas de su esposa. Son los mismos lugares en que el hombre y la mujer, en su primera juventud, compartieron una fuerte pasión amorosa. Al hilo de la caminata, Daniel recuerda aquellos días idílicos que compartieron acampados a la orilla del río del Edén, pero también los episodios más oscuros de su emocionante historia de amor, traición y arrepentimiento. Acaso ya sea demasiado tarde para valorar lo que tuvo, pero quizá aún esté a tiempo de preservar lo que tiene.
El río del Edén conforma un drama amoroso y familiar muy propio de los tiempos que vivimos, y que sin embardo mantiene vigente aspectos de la realidad que han sido permanentes estímulos para la ficción literaria.
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