Tenía muchas ganas de leer esta novela de Danielle Thiéry, porque me gustó su portada y me atrajo su sinopsis, y porque me encanta la novela negra o policíaca o como queramos llamarla. Y en este caso no me ha defraudado en absoluto.
Su estructura es bastante típica en las novelas negras actuales: dos investigaciones que se alternan, una del pasado y otra del presente, aunque todo visto desde el presente, no hay narración en el pasado. Y también es bastante típico el que el investigador tenga una personalidad interesante que dé para una novela en sí misma. Así que a priori no parece que haya nada especial en ella, pero el caso es que sí lo encuentras.
Los casos se van resolviendo poco a poco, de forma bastante lógica y con un ritmo ágil y ameno, y sin que falten sorpresas y giros inesperados.
Y no puedo contar mucho más sin desvelar detalles que pueden fastidiar la lectura, pero la recomiendo sin ninguna duda. Me ha gustado bastante.
Su estructura es bastante típica en las novelas negras actuales: dos investigaciones que se alternan, una del pasado y otra del presente, aunque todo visto desde el presente, no hay narración en el pasado. Y también es bastante típico el que el investigador tenga una personalidad interesante que dé para una novela en sí misma. Así que a priori no parece que haya nada especial en ella, pero el caso es que sí lo encuentras.
Los casos se van resolviendo poco a poco, de forma bastante lógica y con un ritmo ágil y ameno, y sin que falten sorpresas y giros inesperados.
Y no puedo contar mucho más sin desvelar detalles que pueden fastidiar la lectura, pero la recomiendo sin ninguna duda. Me ha gustado bastante.
Sinopsis