domingo, 11 de octubre de 2015

Huesos en el jardín (Henning Mankell)

Esta semana en la que ha muerto Henning Mankell, uno de los grandes maestros de la novela policíaca, precursor de toda esa literatura nórdica que nos ha invadido después, no podía dejar de hacerle un pequeño homenaje, así que la lectura de un libro suyo era obligatoria.
Y me he decidido por esta novela que, junto con "El hombre inquieto", son las únicas que me quedan pendientes de leer de la serie del inspector Wallander. 
En este caso se trata de una novela muy corta, especialmente si la comparamos con el resto, pero que encierra todos sus ingredientes característicos.
Un pequeño aperitivo que se saborea con gusto antes del plato principal, que ya no demoraré mucho más, aunque me dé algo de pena dar carpetazo definitivo a un personaje que me ha hecho pasar tantos buenos ratos de lectura.

Sinopsis
Un domingo de octubre de 2002, un Kurt Wallander agotado después de una intensa semana de trabajo va a visitar la que podría ser la casa de sus sueños, en las afueras de Löderup. Mientras deambula a solas por el jardín de la finca, rumiando si comprarla o no, tropieza con algo semioculto entre la hierba. Para su sorpresa, son los huesos de una mano. Esa misma noche, cuando los técnicos encienden sus focos y cavan alrededor, sale a la luz un cadáver que, según los forenses, lleva más de cincuenta años bajo tierra. Poco antes de Navidad, y pese a los recortes presupuestarios en la policía de Escania, el inspector Wallander, junto con sus colegas Martinsson y Stefan Lindman (el protagonista de El retorno del profesor de baile), sigue investigando lo que parece ser un asesinato muy antiguo. Pero ¿es posible esclarecer un crimen cometido tanto tiempo atrás? Cuando ya está a punto de darse por vencido, Wallander regresa al jardín de lo que pudo haber sido su casa. Y algo despierta en él nuevas sospechas que se convertirán en un nuevo hallazgo.

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