Tercer libro de la serie del comandante Verhoeben. En esta ocasión, Pierre Lemaitre nos sorprende con una historia en la que no hay asesinatos, sino un joven que declara haber puesto una bomba y que tiene unas cuantas más listas para explotar si no acceden a sus exigencias. La policía inicia una carrera contra reloj para intentar encontrarlas antes de que exploten, incluso sin terminar de creerle mucho.
La intriga no falta, pues en todo momento pensamos que hay algo más que no nos cuentan y de ese modo consigue mantenernos en tensión hasta el final.
Una novela mucho más corta que las anteriores y con un estilo algo diferente, además de menos escabrosa. Resulta entretenida, y eso ya es suficiente.
Esperando la última de la serie.
La intriga no falta, pues en todo momento pensamos que hay algo más que no nos cuentan y de ese modo consigue mantenernos en tensión hasta el final.
Una novela mucho más corta que las anteriores y con un estilo algo diferente, además de menos escabrosa. Resulta entretenida, y eso ya es suficiente.
Esperando la última de la serie.
Sinopsis
Jean Garnier es un joven solitario que lo ha perdido todo: su trabajo, tras la muerte misteriosa de su jefe; su novia, en un extraño accidente, y Rosie, su madre y principal apoyo, ha sido encarcelada. Para dar rienda suelta a su dolor, planea explotar siete obuses, uno por día, en distintos puntos de la geografía francesa.
Después del primer estallido se entrega a la policía. Su única condición para evitar la catástrofe es la liberación de su madre. El comisario Verhoeben se encuentra ante un gran dilema: ¿es Jean un lunático con delirios de grandeza o una verdadera amenaza para todo el país?
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