Tenía muchas ganas de leer esta novela de Carme Chaparro desde que oí hablar de ella, y como casualmente la encontré en la biblioteca a la vez que la siguiente, que acaba de publicar, pensé que no había mejor oportunidad.
Y por segunda vez han conseguido que me saltara el título de este blog y que no comente un solo libro, pues la trama me ha absorbido tanto que he leído ambas del tirón sin poder dejarlas.
La primera me ha gustado bastante, a pesar de algunos "fallos", entiendo que de principiante, en su escritura (algunos fragmentos que se repiten sin venir a cuento, básicamente).
Tiene una trama muy interesante e inquietante, pues la desaparición de un niño creo que es algo que a todos los padres nos ha dado miedo en algún momento. Y además el final es algo impactante por lo inesperado. Una novela de esas que engancha y que desde la mitad no puedes dejar. Como primera novela bastante interesante.
Pero con la segunda me he quedado sin palabras. Me ha parecido un impresionante trabajo de ensamblaje el conseguir juntar todas las piezas del puzle que forman las distintas tramas finalmente relacionadas, aunque no entiendes hasta el final de qué manera. Según iba leyendo me iba asombrando cada vez más, hasta llegar a otro final totalmente inesperado.
Los personajes principales se repiten en ambas, y creo que darán más juego.
Además, la autora introduce en la trama novedades tecnológicas curiosas relacionadas con distintas investigaciones que se están haciendo. Me parece que hay una buena labor de documentación.
En resumen, que me han gustado bastante y recomiendo su lectura. En orden, eso sí. Y que espero con impaciencia la próxima.
Sinopsis
No soy un monstruo
Si hay algo peor que una pesadilla es que esa pesadilla se repita. Y entre nuestros peores sueños, los de todos, pocos producen más angustia que un niño desaparezca sin dejar rastro.
Eso es precisamente lo que ocurre al principio de esta novela: en un centro comercial, en medio del bullicio de una tarde de compras, un depredador acecha, eligiendo la presa que está a punto de arrebatar. Esas pocas líneas, esos minutos de espera, serán los últimos instantes de paz para los protagonistas de una historia a la que los calificativos comunes, "trepidante", "imposible de soltar", "sorprendente", le quedan cortos, muy cortos.
Porque lo que hace Carme Chaparro en No soy un monstruo, su primera novela, es llevar al límite a sus personajes a sus lectores. Y ni ellos ni nosotros saldremos indemnes de esta prueba. Compruébenlo.
La química del odio
¿Qué harías si, tras haber sobrevivido a la que creíste que era la prueba más dura que podías soportar, el destino te llevara otra vez al límite?
Para la inspectora jefa Ana Arén no hay tregua: después de que resolviera el caso que prácticamente acabó con ella, debe enfrentarse a un reto endiablado, el asesinato de una de las mujeres más famosas de España.
Siempre cuestionada por su superior, al frente de un equipo que aún no confía en ella y con el foco mediático sobre la investigación, Ana se ve de nuevo ante un crimen aparentemente irresoluble en el que el tiempo y el pasado se empeñan en jugar en su contra.
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