Hacía ya tiempo que no leía una novela de Mari Jungstedt, y cuando el otro día vi esta en la biblioteca me apeteció reencontrarme con sus protagonistas.
La sensación ha sido similar a cuando hace tiempo que no tienes contacto con alguien y de repente te lo encuentras y pasas un rato de charla entretenido.
No se puede decir que innove mucho respecto a las anteriores: un caso de intriga, relacionado de alguna forma con una situación del pasado que vamos conociendo poco a poco, y la evolución en la vida personal de los investigadores, que de algún modo forma una trama paralela, que va avanzando en cada libro.
Creo que ya lo he debido decir antes, pero lo repito: para pasar un rato entretenido si te gusta este género. No es de lo mejor, pero se puede leer.
Sinopsis
Una mañana de finales de verano tres encapuchados atracan un banco a mano armada en pleno centro de Klintehamn, una pequeña localidad en la costa oeste de la isla de Gotland. En su huida en un coche robado, los ladrones atropellan a una niña de seis años. Cuando la Policía da con la casa de campo abandonada donde se ocultan, encuentra el cadáver de uno de los delincuentes, pero ni rastro de los otros dos miembros de la banda.
El comisario Anders Knutas y su compañera Karin Jacobsson se encargan de la investigación. Sólo saben que uno de los ladrones era una mujer y que existen conexiones con los clubes de motoristas de Gotland.
Pero cuando ninguna de estas pistas da sus frutos, Knutas decide retomar un caso ocurrido hace años. Por su parte, el periodista Johan Berg no puede sospechar que la tragedia está a la vuelta de la esquina.
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