En esta época de confinamiento, además de tener tiempo de sobra para leer también me estoy dedicando a ver series, y una de las que he encontrado es la de Cormoran Strike, adaptación de las novelas escritas por J. K. Rowling bajo el pseudónimo de Robert Galbraith.
La serie está basada en las tres primeras novelas, que ya leí en su momento, y puedo decir que me ha gustado bastante. Me parece muy conseguida, tanto en la ambientación como en los personajes y he disfrutado con ella.
Así que nada mejor que continuar con el último libro de la serie.
Bajo mi punto de vista, la autora se va superando con cada novela. La primera me pareció algo lenta y costaba entrar en la trama, pero con esta no hay un momento de respiro. Está todo perfectamente orquestado desde el principio, vas pasito a pasito en las diferentes perspectivas y hasta el final no se consigue ver todo el dibujo. Creo que es la que más me ha gustado.
Y además, los investigadores siguen ganando en protagonismo.
Espero que siga la serie.
Como curiosidad no puedo dejar de decir que la acción transcurre durante la olimpiada de Londres de 2012, por lo que en algunos momentos de la historia estaba compartiendo lugar con los protagonistas. Otro viaje estupendo que recordar con esta novela.
Como curiosidad no puedo dejar de decir que la acción transcurre durante la olimpiada de Londres de 2012, por lo que en algunos momentos de la historia estaba compartiendo lugar con los protagonistas. Otro viaje estupendo que recordar con esta novela.
Sinopsis
Billy, un joven con problemas mentales, se presenta en el despacho de
Cormoran Strike para pedirle que investigue un crimen que cree haber
presenciado de niño. Pero cuando el detective se dispone a hacerle más
preguntas, Billy sale corriendo despavorido de la oficina.
Tratando de llegar al fondo de la historia, Strike y Robin Ellacott, su
antigua asistente y ahora socia de la agencia, emprenden un camino
sinuoso que los lleva desde las salas más recónditas y secretas del
Parlamento hasta una mansión señorial perdida en el campo.
Y mientras el caso se vuelve cada vez más complejo, la vida de Strike se
complica: su fama como detective privado le impide pasar desapercibido y
su relación con Robin se tensa día a día.
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