Otra novela más de Mari Jungstedt de su serie de Gotland. Poco que comentar al respecto, pues es bastante similar a todas las anteriores. Unos asesinatos que suelen tener su origen en el pasado, y debo decir que, aunque pensaba haber encontrado al culpable muy pronto, estaba equivocada, así que en cierto modo me ha sorprendido el desenlace.
Ya he comentado en otras ocasiones que no son de lo mejor en cuanto a novelas policíacas, pero se dejan leer y te proporcionan un rato entretenido.
Poco más que añadir.
Sinopsis
La venta de una propiedad de gran valor da lugar a disputas familiares y se convierte en el móvil de un asesinato.
Tras
la muerte del señor Ramberg, sus hijos, Julia, Maria y Daniel heredan
la propiedad de una granja construida en el siglo XVII que forma parte
del patrimonio histórico de Gotland. Maria desea salir de un matrimonio
infeliz con un marido alcohólico y Daniel tiene una gran deuda de juego
que debe saldar cuanto antes. De modo que contratan los servicios de la
agencia inmobiliaria donde trabaja Sanna Widding, cuyo cuerpo sin vida
aparece al día siguiente en un pantano. El inspector de policía Anders
Knutas investiga el caso junto a su colega, Karin Jacobsson. Pronto
varios intentos de asesinato ponen en peligro a otros habitantes de la
isla, y todos tienen algo en común: el deseo de vender la prestigiosa
granja de Gotland.
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