Este mes me ha tocado un libro de Venecia. Y si digo que me ha tocado es porque el orden para repasar y comentar estos libros de fotos va a ser su colocación en la estantería (así no tengo qué pensar a qué destino viajar...).
Y lo cierto es que es muy apropiado, pues febrero suele ser el mes de los carnavales (este año supongo que no) y un destino siempre soñado en esas fechas, que de nuevo tendrá que esperar.
Creo que ya he dicho en muchas ocasiones que es una ciudad que me encanta. En uno de los viajes pude estar allí una semana y aprovechar para ver esos sitios fuera de las rutas turísticas y típicas que tienen un encanto especial, y pasear por la noche, cuando no hay casi gente y parece haber retrocedido el tiempo. Creo que no me cansaré de ir a Venecia, y espero poder hacerlo en Carnaval en alguna ocasión.
Mientras, me quedan los libros de fotos (maravillosas, por cierto) y las novelas de Brunetti, de las que creo que estaremos a punto de tener una nueva disponible. Viajar con la imaginación, hasta que podamos volver a lo de antes.
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