Pues parece que va tocando regresar a Europa, y en esta ocasión es a una ciudad a la que le tengo un cariño especial.
He estado ya en varias ocasiones: en verano, en invierno, incluso en la famosa Fiesta de las Luces (algo digno de ver), y cada vez encuentro algo especial y diferente.
Me parece tan espectacular como París, pero con más encanto, ya que al ser más pequeña resulta más acogedora. El centro se puede visitar andando y los dos ríos le dan un toque muy particular.
Y también debe influir en el cariño que le tengo que allí están unos buenos amigos, a los que en estos tiempos tan complicado echamos mucho de menos. Mantendremos la esperanza de que pronto podamos volver a pisar sus calles, será un buen síntoma.
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