Hacía tiempo que no leía una novela de Alicia Giménez Bartlett, y ya le tenía ganas. Aunque debo admitir que he cogido esta con una cierta reticencia, al pensar que no me iba a encontrar con Petra Delicado. Pero la verdad es que las hermanas Miralles han demostrado estar a la altura.
Dos policías novatas a las que les encargan una investigación para que no la resuelvan, y que demuestran tener iniciativa suficiente como para pasar de todos y llegar a su resolución. Además, con caracteres diferentes, podríamos decir que entre las dos se complementan y forman una especie de "Petra Delicado", con su ironía, su irreverencia y su sentido del deber.
Me ha gustado bastante y espero que no sea la última novela de esta particular pareja de policías.
Y no puedo dejar de mencionar que es obvio el suceso en el que está inspirada la novela, aunque el resto de la intriga sea pura ficción.
SinopsisLa presidenta de la Generalitat Valenciana, Vita Castellá, aparece muerta en la habitación de un lujos hotel de Madrid. La comprometida situación exige que quede oficialmente descartado un posible asesinato y que la investigación encalle, de manera que el partido en el poder, al que la víctima pertenece, ha activado todos los recursos y ha hecho sonar todos los teléfonos de las altas esferas que le puedan ayudar a ganar tiempo. Por su parte el jefe de la policía de la Comunitat Valenciana decide ayudar al ministro del Interior y al director de la Policía Nacional, Juan Quesada Montilla, en su misión: despistar a las autoridades. Para ello ponen el caso en manos de dos inspectoras novatas y peculiares: las hermanas Berta y marta Miralles. Radicalmente opuestas entre sí, deberán enfrentarse juntas a un turbio mundo de intereses.
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