Esta novela de Paula Hawkins ha llegado a mis manos por casualidad, si bien es cierto que estaba entre mis lecturas pendientes, ya que hasta ahora lo que he leído de esta autora me ha gustado. Tampoco me ha decepcionado.
Es una novela de intriga poco al uso, pues, si bien hay un asesinato y una investigación del mismo, esto no es lo más importante. Lo más importante son los personajes y sus tribulaciones, ya que todos ellos tienen sus propios problemas.
La autora consigue hacernos entender cómo se sienten y qué piensan, y además teje una trama donde todos están relacionados aunque en un primer momento no podamos ni siquiera intuirlo. Una trama que te atrapa aunque no quieras.
Seguramente no será una novela de esas que dejan huella, pero entretiene bastante.
El descubrimiento del cuerpo de un joven asesinado brutalmente en una casa flotante de Londres desencadena sospechas sobre tres mujeres. Laura es la chica conflictiva que quedó con la víctima la noche en que murió; Carla, aún de luto por la muerte de un familiar, es la tía del joven, y Miriam es la indiscreta vecina que oculta información sobre el caso a la policía. Tres mujeres que no se conocen, pero que tienen distintas conexiones con la víctima. Tres mujeres que, por diferentes razones, viven con resentimiento y que, consciente o inconscientemente, esperan el momento de reparar el daño que se les ha hecho.
Con la misma intensidad con la que ha cautivado a 27 millones de lectores en todo el mundo, la autora de La chica del tren, Paula Hawkins, nos ofrece una brillante novela sobre las heridas que provocan los secretos que ocultamos.
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