Las horas crueles (Marto Pariente)

Es bastante obvio que cogí este libro de Marto Pariente, del que no había oído hablar en absoluto, porque se trata de una novela "negra" cuya acción transcurre en la provincia de Guadalajara y, ya que no son muchas las novelas ambientadas aquí, no podía dejarla pasar por alto. Y, además, venía recomendada por César Pérez Gellida, otro punto más a tener en cuenta.

La novela me ha gustado bastante. Es una novela que yo clasificaría como "negra", muy en el estilo que se ha dado en llamar "country noir", ya que la mayor parte de la acción transcurre en zonas rurales. Zonas que además conozco bastante, con paisajes, localizaciones y caminos que forman parte de mi geografía personal, que he transitado y de las que conservo bastantes recuerdos.

Pero, independientemente de esa cercanía que hace que se la mire con más cariño, creo que la trama es interesante y sobre todo los personajes, muy atormentados, con muchos problemas, y quizás por eso con los que se empatiza fácilmente. No sé si el autor tendrá en mente continuar con ellos en más novelas, pero yo desde luego me las apuntaría.

Una lectura de esas que sorprenden y un autor a seguir.

Sinopsis

No hay salida: ha llegado a una encrucijada: o salta desde lo alto del cortado a las aguas del Bornova o muere a manos de quien lo está persiguiendo. Tomás Moreda, el Monstruo de la Tejera Negra, no tarda en resolver el dilema. Que Dios decida si ha de sobrevivir a la caída o ha de sucumbir por su único pecado: el de no recordar qué pasó aquel día de hace treinta años, cuando perdió a sus pequeños en el bosque y lo acusaron de haberlos matado.

¿Dónde están sus hijos?

Nadie duda de que los enterró y de que se irá a la tumba sin confesar.

Una semana después, sigue en paradero desconocido. ¿Sigue vivo? Para encontrar la respuesta a esta pregunta, la madre de Tomás Moreda, la única convencida de su inocencia, recurre a Constanza Desaparecidos, una agencia que continúa buscando cuando a la policía se le agotan los recursos.

Frank Durán, un expolicía expulsado del cuerpo por "sentimental", y Eliana Santoro, que lidian, como el Monstruo de la Tejera Negra, con sus propios fantasmas -la muerte de la persona amada y los abusos de quien debería amarnos y protegernos-, descenderán a los bajos fondos de la ciudad de Guadalajara y se sumergirán en la historia, la geografía y las creencias ancestrales de los pueblos de la Sierra Norte en una carrera contrarreloj frente al demonio que los acecha y que habita en todos nosotros, Samael, el ángel de la muerte, el Veneno de Dios.