No había oído hablar de este libro de Marina Sanmartín, pero no he podido resistirme al ver en el subtítulo que se trata de Una historia íntima de las librerías. No sabía, por tanto, qué me iba a encontrar en él, no tenía expectativas de ningún tipo y esto, en ocasiones, es bueno.
La autora va contando la historia de las librerías junto con sus propias vivencias y experiencias, con lo que el resultado es una mezcla de autobiografía y ensayo, de lectura entretenida. En la parte de ensayo me ha recordado algunos fragmentos del libro de Irene Vallejo, El infinito en un junco, pero sin llegar a tener tanto detalle. Creo que los enfoques son totalmente diferentes.
Lo que sí queda claro tras la lectura es que la profesión de librero debe ser vocacional, es la única forma de sobrellevar sus dificultades, que no parecen pequeñas. Al menos eso es lo que la autora transmite.
Sinopsis