No había oído hablar de este libro de Marina Sanmartín, pero no he podido resistirme al ver en el subtítulo que se trata de Una historia íntima de las librerías. No sabía, por tanto, qué me iba a encontrar en él, no tenía expectativas de ningún tipo y esto, en ocasiones, es bueno.
La autora va contando la historia de las librerías junto con sus propias vivencias y experiencias, con lo que el resultado es una mezcla de autobiografía y ensayo, de lectura entretenida. En la parte de ensayo me ha recordado algunos fragmentos del libro de Irene Vallejo, El infinito en un junco, pero sin llegar a tener tanto detalle. Creo que los enfoques son totalmente diferentes.
Lo que sí queda claro tras la lectura es que la profesión de librero debe ser vocacional, es la única forma de sobrellevar sus dificultades, que no parecen pequeñas. Al menos eso es lo que la autora transmite.
"¿Cuántos libros existen que hablen sobre los libros y las librerías? Algunos son realmente fantásticos, sin embargo, qué pocos son los libreros que se han atrevido a convertirse en narradores de su propia experiencia. ¿Qué historia contarían? Esta, que es la mía, es una descripción del paisaje narrado desde el ojo del huracán: una historia de las librerías, un recorrido personal que sin la literatura sería incomprensible."
Esta obra, íntima a la par que universal, arroja luz sobre cómo estos objetos extraordinarios han cambiado a la humanidad y a cada uno de nosotros. Así, la autora nos propone un viaje que empieza en las imágenes de las cuevas prehistóricas y las tablillas de arcilla, pasa por la biblioteca de Alejandría y llega hasta el presente.
Marina Sanmartín escribe una odisea que se dibuja en tres círculos concéntricos: la trayectoria vital de una lectora apasionada, las librerías en la actualidad como espacios de resistencia y cuidado y, finalmente, la historia universal de estas últimas. Una prueba flagrante de la indestructibilidad del libro como objeto y de la narración como tabla salvavidas.
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