Tenía esta novela de Ibon Martín entre los libros pendientes, y el último viaje que hice al País Vasco hace unos meses, recuperando una cita que ya se está convirtiendo en habitual, me lo recordó. Así que le ha llegado el momento.
La verdad es que no me ha defraudado en absoluto. La acción tiene lugar en la zona de Hondarribia, lugar del que también tengo recuerdos agradables de un par de viajes pasados, y además me ha permitido conocer algo más acerca de sus tradiciones, y comprobar que la novela toma prestados sucesos de la realidad para su ambientación.
A la intriga se le puede pedir poco más de lo que ya tiene, te mantiene en tensión y en suspense todo el tiempo. Y sin olvidar las propias vidas de los policías del equipo de investigadores, con los que es imposible no empatizar.
No creo que pueda esperar mucho para leer la siguiente.
Las gaviotas sobrevuelan inquietas la ciudad marinera de Hondarribia, que se ha vestido con sus mejores galas para celebrar un día especial. Sus graznidos compiten con los alegres sonidos que inundan las calles, donde los vecinos se preparan para disfrutar de la fiesta ajenos a la terrible amenaza que se cierne sobre ellos.
En mitad del desfile se desata el horror. Una puñalada salvaje y certera riega con sangre el frío suelo de piedra. Una mujer ha muerto asesinada. Y no será la última. La suboficial Ane Cestero y su unidad especial tendrán que dar caza a un asesino feroz e implacable, capaz de ocultarse a la vista de todo un pueblo.
La hora de las gaviotas es un thriller sinuoso, magnético e impecable que nos enfrenta al pero de los enemigos: el odio visceral que late escondido en todos nosotros.
Nadie como Ibon Martín para sumergirnos en uno de los enclaves más sobrecogedores de la costa vasca.
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