Hacía mucho tiempo que no leía una novela de Eduardo Mendoza y de algún modo tenía ganas de reencontrarme con él.
Este libro me ha divertido mucho. Consigue que parezca que una novela actual está ambientada en el siglo pasado (estos peculiares espías no tienen ni móviles, ni dispositivos tecnológicos, se comunican a través de una emisora nocturna...). La trama es lo de menos, lo interesante es la forma en que está escrita.
Es puro surrealismo que te saca la sonrisa en cualquier momento. Y sin olvidarnos de sus nombres, que son puro esperpento.
Además utiliza palabras que casi están en desuso, algo que merece la pena tener en cuenta y que resulta un aliciente añadido.
He disfrutado leyéndola, es casi como leer un tebeo de los que leíamos de niños.
Barcelona, primavera de 2022. Los miembros de una organización gubernamental secreta se enfrentan a la peligrosísima investigación de tres casos que tal vez estén relacionados entre sí, o tal vez no: la aparición de un cuerpo sin vida en un hotel de las Ramblas, la desaparición de un millonario británico en su yate y las singulares finanzas de Conservas Fernández.
Creada en pleno franquismo y perdida en el limbo de la burocracia institucional del sistema democrático, la Organización sobrevive con apuros económicos y en los límites de la ley, con una reducida plantilla de personajes heterogéneos, extravagantes y mal avenidos. Entre el suspense y la carcajada, el lector deberá unirse a este disparatado grupo si quiere resolver los tres enigmas de este apasionante rompecabezas.
Eduardo Mendoza entrega su mejor y más divertida aventura hasta la fecha. Y lo hace con nueve agentes secretos en una novela de detectives que actualiza los clásicos del género, y en la que el lector encontrará la inconfundible voz narrativa, el brillante sentido del humor, la sátira social y la comedia de enredo que caracterizan a uno de los mejores autores de la lengua española.
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