Para finalizar el año voy a comentar este libro de Florencio Expósito que encontré casualmente en la biblioteca y me atrajo desde el primer momento.
Juana de Mendoza es nieta de Gonzalo Yáñez de Mendoza y Juana de Orozco, personajes a los que tengo un cariño especial, y durante su infancia y juventud pasó parte de su tiempo en Hita, donde están mis raíces, así que motivos para leerlo no me faltaban.
Pero, sin conocer nada de ella, me he encontrado con un personaje interesante, en cierto modo una adelantada a su época, ya que, siendo mujer en un mundo tan misógino, fue capaz de imponer su criterio en muchas ocasiones, frente a su padre, a su hermano y a sus maridos. Y todo ello teniendo 18 hijos, lo que supone una auténtica hazaña.
Supongo que el autor ha novelado la mayor parte de su historia, pero entiendo que basándose en los hechos que puedan estar documentados, que sirven de marco temporal. El resultado es una novela entretenida, que me ha gustado bastante y que me parece un buen homenaje a todas esas mujeres desconocidas de la historia.
Me voy a permitir concluir con un corto pasaje del libro en una de las visitas de Juana a Hita poco después de su segundo matrimonio.
"...bajamos a la plaza del arcipreste... optaron por quedarse en cimera placita de Doña Endrina..."
El mundo medieval en el que transcurre esta novela fue un tiempo muy duro para las mujeres, ya que convivían al amparo de padres, esposos y la superpotente clerecía; tiempo en el que el analfabetismo constelaba castellanos hogares; tiempo absolutamente misógino, pues nacer hembra implicaba entrar a establecido sector confinado, bien en propio hogar o monasterio; tiempo en el que la ignorante sociedad es educada por quien reitera que toda desdicha proviene de la primitiva mujer: Eva.
Plasmar solariegas andanzas de Juana de Mendoza ha sido fácil. El autor se ha limitado a transcribir cuanto iba dictando de íntimo diario, jamás revelado, ni a Pero López de Ayala, canciller y cronista real, hermano de su madre Aldonza, con quien, por común afición cetrera, pasó matinales jornadas en Hita con un halcón, fiel mascota durante su mocedad. Juana de Mendoza casó dos veces, una con Diego Gómez Manrique de Lara, conde de Treviño, con quien tuvo dos hijos; y con Alonso Enríquez (nieto del rey Alfonso XI de Castilla, y sobrino de Pedro I el Cruel, y de Enrique II, conde de Trastámara), con quien engendró 14 hijos. Su biografía está llena de luces y sombras, pero, sobre todo, de innumerables encuentros eróticos y poéticos.
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