Santiago Díaz es uno de esos escritores que tengo en la lista de pendientes, aunque no precisamente por esta novela, de la que no había oído hablar. Pero me ha parecido un acierto empezar con ella, ha escalado de repente posiciones en esa lista de pendientes.
Es una novela que podríamos calificar como histórica, sin duda, puesto que narra una época concreta de la historia de las islas Canarias, muy desconocida por otra parte, tanto en lo que se refiere a su conquista por los Reyes Católicos como a su historia anterior guanche.
Pero además toda la ficción que acompaña a esa parte histórica es una lectura de lo más interesante. No falta ningún elemento: amor, odio, amistad, venganza, envidia, intriga, luchas de poder...
Me ha gustado mucho. Eso sí, debo decir que he tenido que hacerme un esquema con los personajes, porque de lo contrario me perdía en el maremágnum de la acción.
Un libro totalmente recomendable.
SinopsisUNA GRAN EPOPEYA, UNA CIVILIZACIÓN DESAPARECIDA. EL EPISODIO MÁS DESCONOCIDO DE LA HISTORIA DE ESPAÑA.
Siglo I a.C. Tras amotinarse en el barco en el que los trasladaban los romanos, un grupo de prisioneros de guerra africanos y sus mujeres son arrastrados por las corrientes a la isla de Tenerife. Durante mil quinientos años, sus descendientes crean allí una civilización aislada del resto del mundo, hasta que los nueve reinos que componen el territorio guanche se convierten en objetivo de los Reyes Católicos. La sangre se derramará de norte a sur de la isla en esta gran aventura que rememora traiciones, sacrificios y pasiones prohibidas para contar la historia de una estirpe guerrera liderada por el mencey Bencomo, rey de reyes, que luchó hasta el fin por su libertad.
Santiago Díaz presenta un relato extraordinario, jamás narrado hasta ahora, de la resistencia guanche a la corona de Castilla, pero también una crónica asombrosa de la España de la época a través de la mirada de una esclava en busca de sus orígenes, una historia de amor imposible y el retrato de una civilización repleta de misterios que terminó desapareciendo para siempre.
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