Hacía ya mucho tiempo (unos seis años) que Fred Vargas no publicaba una novela, así que ha sido un gusto el reencuentro con el comisario Adamsberg y el resto de su equipo, unos policías muy particulares.
En esta ocasión marchan a Bretaña, para resolver un asesinato del que acusan a un descendiente de Chateaubriand, pero además se encuentran con una banda de delincuentes que ponen en el punto de mira a Adamsberg, e intentan acabar con él.
La verdad es que a veces hay un poco de lío con tantos personajes, y todo resulta un poco enrevesado, pero no se puede decir que la novela no enganche y entretenga. Especialmente por ese modo tan particular de investigar del comisario.
Esperemos que no pase tanto tiempo hasta la próxima.
Sinopsis